El
equipo de gobierno, que trabaja en nuevas propuestas para continuar con la
gestión del servicio, acudirá al
encuentro de la próxima semana apoyado por su equipo jurídico
El
equipo de gobierno del Ayuntamiento continúa trabajando intensamente para no
perder la gestión del comedor escolar desde que la Consejería de Educación
abriera el procedimiento de adjudicación
del servicio a una empresa privada.
Después
de la carta enviada por el Ayuntamiento el pasado jueves solicitando la cesión
de las competencias, la contestación recibida ayer del ISE (ente de Infraestructuras y Servicios Educativos)
convocándose una reunión para el próximo lunes, 25 de agosto abre una nueva vía
de diálogo.
La
alcaldesa, Antonia Morera, acudirá al encuentro acompañada del equipo que estos
días ha venido presionando para que se produzca la reunión y estudiando nuevas fórmulas
de gestión del servicio, entre los que se encuentran el concejal de Educación y el coordinador local, Pedro González y Guzmán
Ahumada, apoyados por personal del departamento jurídico y el interventor
municipal.
El
escrito del ISE confirma que “el lote
que afecta al centro escolar de su municipio ha quedado desierto en el procedimiento
abierto de adjudicación”, al no haberse presentado ninguna empresa, y explica
que “ahora procede su licitación mediante procedimiento negociado”.
Ante
el nuevo panorama desde el Ayuntamiento de Casares se continúa trabajando en fórmulas y preparando nuevas propuestas que
posibiliten continuar gestionando el servicio de comedor tal como venía
haciendo. Como ha mostrado el equipo de gobierno que es su voluntad ante las
peticiones realizadas por el AMPA, comunidad educativa, partidos políticos y
vecinos en general.
El
Ayuntamiento y la ciudadanía han reprochado en los números actos públicos
y movilizaciones de protesta que se han
sucedido en las últimas semanas que la adjudicación del servicio del comedor
escolar a una empresa especializada y privada tiene como consecuencias, la pérdida de calidad de las comidas que se
sirven al pasar de una cocina casera a una industrial, el peligro que se supone para el servicio de reparto
de comida a domicilio para 50 mayores
dependientes que se elabora en las mismas cocinas, y la incertidumbre que supone para los trabajadores
contratados para ambos servicios al
poder perder sus puestos de trabajo o condiciones laborales, en el caso de que
la nueva concesionaria asumiera a los mismos empleados.
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