Casares ha vivido su Semana Santa con un gran ambiente, y es
que en las calles y establecimientos locales
se ha podido notar una gran afluencia de personas
durante toda la semana y especialmente
en el largo fin de semana festivo.
El alcalde ha valorado muy positivamente este aumento de turistas.
Pepe Carrasco, ha señalado que Casares se ha convertido en visita obligada para
las personas que pasan sus vacaciones por la Costa del Sol. "Lo que en
gran medida se debe a la promoción que se realiza desde el Ayuntamiento",
y ha destacado que el fruto de este impulso
turístico repercute en la economía local y los negocios de
hostelería.
La Casa Natal y el Centro Cultural de Blas Infante han
contabilizado más de 400 visitas, de las que más de la mitad correspondían a turistas
nacionales. Y aunque muchos acudía a visitar los museos otros muchos lo hacían
para pedir información sobre establecimientos de restauración, pasar el día en
la localidad y realizar rutas de senderismo.
Respecto a las celebraciones religiosas, desde la Hermandad
también se ha realizado un balance positivo en cuanto a participación y
público, a lo que también ha contribuido el buen tiempo, que permitía sacar
finalmente todos los pasos.
Todas las salidas procesionales han contado con una gran
acogida. El Miércoles el Cristo de la Buena Muerte recorría las estaciones de
penitencia hasta el cementerio, mientras que el Jueves los niños volvían
a ser protagonistas sacando la imagen del Cristo de Medinaceli para
seguir así con la tradición.
El viernes Santo Casares vivía un día lleno de
recogimiento y devoción con una de las procesiones más esperadas de la semana
de Pasión: la del Cristo de la Buena Muerte.
Casares volvía a salir ayer a la calle para despedir
su Semana Santa. El Domingo de Resurrección el público se volcó con el
encuentro de Jesús resucitado y la virgen y llenó la plaza de España,
pues a pesar de la lluvia que cayó momentos antes, finalmente el tiempo
permitió que se pudiese realizar el recorrido completo.
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